¿Quién nos dijo que la violencia es la mejor forma de arreglar los problemas?
Recostado sobre su cama, Marcelo, un niño de 7 años, escucha, muy atento, el cuento que le lee su madre: El valiente, y muy apuesto príncipe, mató al enorme dragón y rescató de sus garras a la hermosa doncella…
Profesor de Historia: (Marcelo y todos los de su clase lo escuchan atentos) Es por ello que hoy niños, día de la bandera, rendimos un sentido homenaje a estos héroes de la patria que pelearon y derramaron su sangre por darnos la libertad. Su sacrificio no fue en vano. De no haber sido por ellos aún el yugo español…
Profesora de religión: (Marcelo y todos los de su clase la escuchan atentos) Como un justo castigo, Dios dejó caer toda su furia sobre los pueblos de Sodoma y Gomorra, bolas de fuego arrasaron con todos aquellos impíos y disolutos de corazón…
Marcelo ve la televisión: Una vez más amiguitos, y haciendo uso de todos sus superpoderes, súper abuelo derrotó a todos esos villanos que pretendían apoderarse del mundo…
Marcelo y sus padres ven la televisión. Presidente de la Nación: … Sólo a través de un impuesto a la guerra y un total apoyo a las fuerzas militares es posible acabar con los terroristas, y lograr así que la paz y la tolerancia reinen en Colombia…
Padre de Marcelo: Bien hecho, plomo, plomo para esos asesinos (Marcelo lo observa y escucha).
Es hora del recreo en su colegio, Marcelo y otro niño discuten de forma airada, de repente, Marcelo levanta su mano derecha y le da un certero puño en el rostro.
Dos horas más tarde, Marcelo, junto a sus padres, está sentado frente a la rectora del colegio y algunos profesores (La profesora de religión, entre ellos). Todos los adultos presentes dejan caer sobre el niño miradas de reproche.
Padre de Marcelo: … No tiene usted que decírmelo, – le dice a la rectora – yo más que nadie soy consciente de que ustedes imparten aquí la mejor educación, pero nosotros también le hemos dado el mejor ejemplo, y créame – dice realmente sorprendido-, que ignoramos de dónde sacó el niño esa absurda idea de que violencia es la mejor forma de arreglar los problemas.
Yo crecí jugando a la guerra con cualquier trozo de madera, por entre los cafetales de mi amado Quindío, simulábamos, corríamos ,nos escondíamos, sabíamos que era un juego. -Pague legal, Ud ya estaba muerto- era el reclamo más común. Yo queme esa inclinación medio natural por las armas, con pedazos de madera, consciente de que era un Juego, nunca más me interesaron las armas, no crecí proclive a la violencia, hoy nuestros niños les prohibimos jugar y creo que esa etapa sin quemar ,la reviven con armas reales y juegan juegos de poder donde hay muertos de verdad ,! Ho sicología creo que estáis frente a un error!.
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