Por: @JuanSQ
Anoche salí de El Campín de ver un partidazo de fútbol. 3-2 venció Millonarios al Deportivo Cali en un partido lleno de emociones y con un montón de gladiadores que dejaron el alma en la cancha. Los jugadores dieron un espectáculo digno de una final, lástima que solo es la semifinal. Sin embargo, una prohibición que se está volviendo tradición en el fútbol colombiano se dio presente en el estadio capitalino.
En Cali, Bogotá, Medellín y otros estadios del país se ha vuelto costumbre el prohibir a las hinchadas visitantes. Esto significa que ni barras organizadas, ni personas con camisetas del equipo visitante se permiten en el estadio. Para mí, esto ya es demasiado.
Pero, como si esto fuera poco, ahora los hinchas locales están haciendo el papel de policía secreta y denuncian (como si fuera un crimen) a los visitantes que van a la cancha (así no tengan nada que los identifique como seguidores de la visita).
Ayer en El Campín vi una situación terrible que espero las autoridades del fútbol colombiano no dejen que se repita. Una hora antes de que comenzara el Millos-Cali, en la gradería occidental había varios barras del equipo capitalino organizando el tema de la bandera gigante para la salida. De un momento a otro, todos empezaron a rodear y empujar a un hombre afro y gritaban: “Salite caleño… Salite”. El hombre, evidentemente asustado, alcanzó a correr hacia donde estaba la policía, mientras aseguraba no ser hincha del Deportivo Cali. Sin importar sus afirmaciones, la policía, siguiendo órdenes de los barras, lo sacaron de la gradería. Este hombre, que había pagado una boleta para ir a ver un juego de fútbol, fue sacado porque unos barras consideraron que era hincha visitante, aunque no tenía ni una sola prenda del equipo caleño.
Y esta no es la única vez que he visto que esto ocurra. En el juego de vuelta de cuartos de final entre Cali y Nacional, en la tribuna de oriental, de nuevo los hinchas hicieron las veces de policía secreta. A una persona, que estaba con la camiseta del Deportivo Cali puesta, los hinchas locales lo tildaron de seguidor del equipo paisa e hicieron que las autoridades lo sacaran. De nuevo, ¡todo mal!
Sin embargo, no todo es malo. El twittero @GordoYCejon me comentó que en Manizales, fueron los mismos hinchas del equipo blanco, los que defendieron al equipo visitante y le pidieron a la policía que les dejara usar sus camisetas. Un acto que vale la pena rescatar y destacar.
Eso, volviendo al lado negativo de esta nueva regla que se ha tomado el fútbol colombiano; primero, me parece que las autoridades o no tiene clara la prohibición (si la tuvieran no estarían sacando del estadio personas que no tienen elementos alusivos al equipo visitante) o le tiene un miedo inmenso a las hinchadas y por eso hacen lo que ellas digan aunque no sea un procedimiento legal.
Segundo, es ridículo que esta prohibición se esté volviendo una costumbre en el fútbol de Colombia. Siempre insisto con lo mismo, los buenos hinchas tenemos que hacernos sentir más que los violentos. El fútbol es un juego, no una guerra. No tiene sentido que un puñado de desadaptados terminen ganando y dejen por fuera a buenas personas cuyo pecado es ponerse una camiseta de un color diferente. Fútbol en paz, por favor.
Juan Sebastián Quintero
Nos vemos en Twitter: @Juansq
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