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Los colombianos se transportan cada vez más en moto. Este fenómeno comenzó a sentirse poco después del año 2000, simultáneamente a la puesta en funcionamiento de los sistemas integrados de transporte masivo en varias ciudades del país.

El aumento de motos en las ciudades no se trata de un caso aislado, sino que responde a una serie de factores que han sido aprovechados desde hace más de diez años por las empresas ensambladoras de motos y por sus compradores.

Según datos de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), en el año 2000 se vendieron 57.528 motos en Colombia. Ya en 2004 las ventas fueron de 164.230. En 2006 saltó a 446.120. En 2011 se vendieron 530.304 motos. Para 2014 y 2015 se lograron cifras récord de ventas de 696.550 y 678.894, respectivamente.

Todo esto hace que actualmente circulen más de 6 millones de motos en toda Colombia.

Avenida del Ferrocarril en Pereira. Foto de El Diario del Otún (2014).

Tantas motos circulando generan problemas en las ciudades por el caos vehicular, la contaminación, la alta probabilidad de accidentes y la poca regulación que hay para adquirir una.

Además, está la pérdida de pasajeros de los sistemas de transporte público. “Quien compró moto, es muy difícil que vuelva a subirse a Megabús”, decía en 2013 el gerente del sistema de transporte masivo de la ciudad de Pereira, Jorge Alexis Mejía.

En ese caso se proyectaba que Megabús movilizaría a 145 mil pasajeros diarios, pero la realidad es que solo llega a 100 mil. “En esa cifra no se tuvo en cuenta que hoy iban a estar circulando 50 mil motos en el área metropolitana, eso no pasó por la mente de ningún operador ni estructurador hace 10 años cuando se proyectó el sistema. Tampoco se les pasó por la cabeza que hoy adquirir un vehículo para cualquier persona fuera tan fácil”, reconoce el gerente de  la entidad de esa época.

La misma situación se presenta en los otros sistemas de transporte masivo de Cali, Medellín, Bucaramanga y Barranquilla donde las empresas transportadoras presentan déficit porque la cantidad de pasajeros no es la esperada.

El fondo de la situación está en las ventajas comparativas de adquirir una moto a bajo precio (a partir de 2 millones de pesos) frente a pagar diariamente el transporte en bus. Una familia puede ahorrarse $125.188 cada mes si se desplaza en moto, concluye el estudio ‘Contribución de la motocicleta y su evolución en la economía nacional’, elaborado por la Universidad de los Andes en 2011.

Además de otras ventajas evidentes de las motos como el reducido espacio que ocupan, su versatilidad y rapidez, el no pago de peajes o la exención de impuestos para las de bajo cilindraje.

La inquietud es si quienes están comprando estas motos baratas aumentarán el caos que ya es evidente en los cascos urbanos por su falta de formación y de experiencia al volante.

Y es que el aumento de motos en las calles es directamente proporcional a las muertes asociadas a su uso. Los motociclistas pasaron de representar el 24 % de las muertes en siniestros viales en 2001 a más del 45% en 2014. En ese periodo de tiempo cerca de 28 mil motociclistas fallecieron, según un reciente estudio del Instituto Javeriano de Salud Pública.

Por ahora parece imparable esta tendencia creciente de motos circulando en el país, y el llamado es a ajustar los controles que garanticen la idoneidad de cada motociclista para manejar uno de estos vehículos, porque está en juego no solo su vida, sino también la de su parrillero y la de los peatones.

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