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Cualquier proceso de cambio personal o corporativo inició por una conversación: alguien se dijo a sí mismo o lo compartió con otros, que aquello que venía siendo o haciendo no puede continuar. En ese momento, su conversación interna o la conversación colectiva que se estaba llevando a cabo, dio un giro para iniciar la exploración de un camino a partir de una pregunta clave «¿y si no quiero (queremos) más de aquello, entonces en realidad que quiero (queremos)?».

Desde la mirada del coaching ontológico se podría graficar ese proceso conversacional de la siguiente manera:

Declaración de Basta + Indagación (sobre la realidad y sobre posibilidades) = Disparador del cambio

Lo explico. Las declaraciones son esos actos del lenguaje que nos permiten crear realidades en nuestra vida. Es el más poderoso recurso que tenemos desde el habla. La palabra precede a la acción y esa acción algo cambia. Cuando declaraste un día trabajar en una empresa, tu vida cambió. Cuando renunciaste, volvió a cambiar. Los objetivos en las organizaciones son declaraciones que impactan la forma en que se deberá planificar el trabajo, administrar recursos y hasta vincular personal. Y las declaraciones se invalidan cuando las acciones no son consecuentes con ellas.

Volviendo a un proceso de cambio, esa declaración de «basta», se invalida cuando no pasa algo que empiece a demostrar visiblemente que no se quiere continuar con lo que ya se tenía. Como cuando te has prometido iniciar una dieta o empezar a leer ese libro que ya tiene telarañas. Una organización que le dice a quienes forman parte de ella que empezará un proceso de cambio en su cultura, por ejemplo, pero sus líderes continúan tomando decisiones con base en los valores y comportamientos de la cultura que quieren dejar atrás, trae como consecuencia que la credibilidad en esa declaración se pierda muy pronto.

Por eso, a esa primera conversación señalada inicialmente como disparador del cambio, deben seguirle muy rápido otras, porque si la etapa de la indagación sobre lo que hay se alarga por mucho tiempo, meses, años, las personas se agotan, crecen estados de ánimo muy fértiles para conversaciones nocivas como la incertidumbre -¿cómo me afecta esto a mí?¿que nos están ocultando?-,  la resignación -«aquí nunca pasa nada»- o, peor aún, el resentimiento -¿me estarán utilizando? ¿estamos siendo «idiotas» útiles?-

¿Cuál es el camino conversacional a seguir? Voy a proponer uno solo con el ánimo de provocar nuevas conversaciones que, de repente, abran posibilidades a otros caminos:

Partamos del disparador del cambio señalado anteriormente:

La indagación abarca identificación de posibles conversaciones  (¿quiénes deberían formar parte de este proceso?)  + acuerdos sobre lo que no queremos (mapeo de lo que hay y no está funcionando que incluye desde estilos de liderazgo, comportamientos, valores, símbolos, hasta tipo de conversaciones) + conversaciones fundamentales sobre el propósito mayor que sostendrá el cambio + diseño de futuro (qué no queremos perder, qué debemos eliminar de lo que hay, qué necesitamos construir (símbolos, valores, comportamientos, estilos de liderazgo) + conversaciones para coordinar acciones (qué pedidos se requieren y a quien, qué ofertas necesitamos construir y hacia quienes, qué promesas podemos sostener – compromisos-, para cuando y qué indicadores nos mostrarán que lo cumplimos) + conversacciones de feedback permanente.

Con eso en mente, necesitamos definir ¿qué nos hace falta para iniciar este camino?, ¿en qué no somos competentes y debemos empezar a prepararnos? ¿cómo adquirimos las competencias que nos faltan? ¿qué espacios de insinceridad deben abordarse primero?

Los cambios no son lineales, porque la vida misma, aunque así pareciera, no lo es. En algún momento nos damos cuenta que antes de avanzar debemos deternos, retroceder un poco (de pronto falta algún aprendizaje por adquirir), y luego retomar fortalecidos. Por eso, y como parte fundamental de una conversación, debemos cuidar las emociones que van apareciendo, esto forma parte de las competencias necesarias a desarrollar.

Así que, como dijo Sócrates:

«El secreto del cambio es enfocar la energía, no en la lucha contra lo viejo, sino en la construcción de lo nuevo»

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Soy Master Coach Ontológica Profesional Acreditada. Mi pasiones son la escritura, el coaching y la formación organizacional en habilidades de coaching, competencias conversacionales, comunicación en todas sus formas (oral, escrita, estratégica) y los juegos para el aprendizaje (modalidad virtual). Te invito a conocer cómo puedo apoyarte a ti o a tu empresa en el desarrollo de competencias de comunicación y liderazgo. Contacto: contacto@facilitarclic.com o en el Whatsapp +57 315 4786927

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