Carlos Sánchez hizo algo casi imposible en el fútbol actual. En un deporte que tiene a elogiar los goles, los lujos y las ‘jugaditas’, nuestro volante de recuperación, a punta de intensidad, orden e inteligencia, salió figura de la cancha. A pesar de la presencia de estrellas del nivel de Neymar, James, Falcao y Alves, el chocoano de 29 años brillo con luz propio durante los 90 minutos que duró la batalla entre Colombia y Brasil.
Sánchez llenó de tranquilidad a un país que sufrió el día entero por la presencia de Neymar (el único jugador que asusta de Brasil). Quitó, corrió, raspó, peleó, empujó y golpeó, todo en el momento perfecto. Poco a poco fue creciendo y opacando a la figura del Barca. La ‘garra charrúa’ que aprendió en los años que jugó en Uruguay se complementó de forma perfecta con el talento innato de los colombianos, razón por la que el mundo del fútbol aplaudió de pie su partido.
Además del amor propio y de la entrega de Sánchez, es necesario destacar el orden. Los conocedores de la táctica en el fútbol pudieron deleitarse ayer con un jugador perfecto a la hora de los doblajes y los respaldos. Cada vez que un brasileño quiso gambetear, el colombiano estaba alerta para doblarlo y no dejarlo respirar. Además, en los momentos en que los laterales salieron a atacar (algo que fue constante en el juego), Sánchez fue el apoyo perfecto que cubrió todos los huecos. En resumen, un partido de 10 puntos para ‘La Roca’.
Juan Sebastián Quintero
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