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Querámoslo o no, somos seres que vivimos en comunidad. Caminando solo se llega a donde quieras, ni más faltaba, pero acompañado se disfruta más el camino. Ahora, no todo grupo de caminantes es un equipo. Formamos parte de una familia, pero no siempre funcionamos como equipo. Tenemos un grupo de amigos, más no necesariamente esto conlleva que funcionemos como equipo. Pertenecemos a un área en la organización y, lamentablemente, no siempre están las condiciones para que se considere un equipo, a pesar que siempre digamos, más por hábito que por convicción que esto así sea: “pertenezco al equipo de…”

¿Qué condiciones entonces deberían estar presentes para que un grupo de personas unidas por un fin común saque pecho y diga “somos equipo”? Desde las muchas posibilidades de abordaje a la construcción de equipos desde el coaching, destaco una que propone trabajar sobre tres ejes marcados cada uno por un “co” y yo le adiciono de mi cosecha personal, las conversaciones que se requieren en cada uno para lograrlo:

Primer eje. La Co-conciencia que implica comprender el valor del autoconocimiento (del grupo en sí mismo y de su entorno) a través de la reflexión, observación e interpretación de la realidad de cada uno de sus integrantes. Para lograrlo, ese equipo debe entrenarse en conversaciones de feedback apreciativo, de reconocerse en sus fortalezas, en sus núcleos de poder -qué los recarga y llena de energía- y también en sus espacios de mejora permanente. Ser competentes en escucharse desde un espacio de confianza y respeto.

Segundo eje. La Co-autocreencia o esa puerta que abre la entrada a que el equipo se reconozca como tal, a través del desarrollo de su estima y confianza, superar cualquier tipo de circunstancias. Esto es impactado por la autocreencia. De alguna manera, la autocreencia de cada uno de sus miembros impactará la de todo el equipo. El secreto de esta puerta está en la generación de conversaciones sobre nuestros supuestos, es decir nuestros juicios sobre lo que somos o no, capaces de hacer y fundarlos en los hechos que los sostienen. Provocar cuestionamientos a nuestras creencias que limitan es toda una maestría. Es un llamado a conversaciones de reconocimiento de logros, de empoderamiento y motivación.

Y finalmente el tercer eje: Co-Responsabilidad en donde se reconoce que en medio de la libertad que el equipo tiene para tomar decisiones, se compromete con su propio desarrollo y objetivos. Dentro de la gama de conversaciones posibles para sostenerlo me quedo con aquellas que llevan a  la coordinación de acciones y que implica ser hábiles en pedidos claros, generosos en ser oferta de servicio para el equipo y sinceros en la intención de cumplir nuestras promesas.

Si eres líder y estás buscando llevar a tus equipos a otro nivel, te recomiendo filtrar tu mirada a través de estos tres ejes y preguntarte ¿Cómo estoy yo en cada uno de ellos? Porque, para co-crear con otros, primero debes ser hábil en creer y crear contigo mismo.  

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Soy Master Coach Ontológica Profesional Acreditada. Mi pasiones son la escritura, el coaching y la formación organizacional en habilidades de coaching, competencias conversacionales, comunicación  y los juegos para el aprendizaje (modalidad virtual).

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