¿Quién era San Valentín? Era un sacerdote que hacia el siglo III ejercía en Roma. Gobernaba en aquel entonces el emperador Claudio II quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras. El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador y en secreto decidió celebrar matrimonios para jóvenes enamorados.

Aunque debo confesar que esta versión la encontré en Wikipedia así que no le puedo dar un 100% de confiabilidad, considero que me ayuda a colocarme en el contexto del mes que está avanzando y que es el origen de la celebración que se hace en países como Argentina donde resido, del día de San Valentin, que si bien puede ser aceptado o no, es una buena excusa para hablar de un tema que para muchos puede ser light, para otros cursi, y para otros, fundamental: el amor.

Hay algo raro en el ambiente con respecto a este tema en la forma  de cómo abordar el amor y cómo expresarlo. No puedo entender ese invento del “Touch and go” (en español es como “tocar y partir” o sea “toquémonos y chao chao”) que pregonan entre risas y complicidades los jóvenes de hoy, o los “amigovios” o “amigos con derechos” y si quienes viven una vida de touchs and go’s viven felices.

Personalmente y a riesgo que me tomen por retrograda y cursi, pienso que este tipo de manifestaciones sociales reflejan un par de síntomas, entre otros: ausencia de educación en el compromiso y miedo a no ser aceptado.

Desde aquí comienza el asunto a ser un poco más comprensible. Vivimos en una sociedad en donde cada vez hablar de una relación duradera es más difícil y por ende el concepto de familia pareciera está cambiando.

Muchos jóvenes de hoy se comprometen solo consigo mismos, no con el otro, no con la relación. ¿Para que me «entrego» si tengo la certeza que la separación es inminente, o para que me enamoro si me van a traicionar? o yo mismo y adelantándome a lo que el otro me puede hacer, traiciono primero. Y no solo en los jóvenes ¿eh? Cuarenton@s y cincuenton@s por el mismo camino pero con otro argumento: para qué otro@ si sol@ estoy bien… – convengamos claro que seguramente ya llevan a cuestas una o varias separaciones -.

Entonces, si esto es tan bueno como pintan, si la falta de compromiso en las relaciones es lo “in” porque las redes sociales están inundadas de cartelitos que hablan de la esperanza en el amor eterno y el alma gemela, las películas siempre terminan con final feliz en donde encuentran ese amor para toda la vida y las conversaciones privadas entre amigos terminan confesándose que si encontrarán a la persona indicada seguramente volverían a comprometerse a fondo.

¡Si encontraran a la persona indicada! Y si cambiaramos la expectativa y en lugar de pensar esto pensaramos ¿será que yo soy la persona indicada?.

Recientemente encontré una frase que le atribuyen a la Madre Teresa de Calcuta, difícil comprobar si es de su autoría realmente pero me pareció muy acertada: “hay personas que están solas y viven y brillan y se entregan a la vida de la mejor manera. Personas que no se apagan, al contrario, cada día se encienden más y más. Personas que aprenden a disfrutar de la soledad porque las ayuda a acercarse a si mismas, a crecer y a fortalecer su interior. Esas personas son las que un día sin saber el momento exacto ni el por qué se encuentran al lado del que las ama con verdadero amor y se enamoran de una forma maravillosa”

Lo confieso totalmente: para mí lo “IN” siempre será creer en el amor, en ese amor capaz de comprometerse a fondo, el amor para toda la vida, el amor que comienza dentro de nosotros mismos, que nos permite amarnos como somos y vernos en toda nuestra grandeza, porque un error es inconscientemente querer encontrar en el otro lo que no he encontrado en mi mismo.

Leí varias conversaciones de muros en Facebook a raíz del dia de San Valentin, comentarios jocosos de solteros y otros profundos e incluso nostálgicos de quien está enamorado y me llamó la atención uno en donde se hablaba de que sí existe el amor verdadero y respondía el autor del comentario: “Tal cual.. Y me ha tocado verlo en mi familia… Así que existe”

Coincido. Tal vez hayan muchas interpretaciones de lo que es el amor, es otro tema, pero siento que quién deja de creer se está perdiendo algo maravilloso, no es solo creer en el amor fuera de nosotros, es el amor dentro de nosotros mismos, porque lo que hay afuera es el reflejo de quienes estamos siendo por dentro.

En la vida no hay éxitos o fracasos, hay Feedback permanente. ¿No he encontrado lo que quiero para mi vida plenamente? Puede ser más fácil disimular que cambié de objetivo y resignarme, pero hay otro camino, más largo eso sí, y es revisar quién estoy siendo que genero esos resultados. No es que el otro no se comprometió conmigo, de repente yo no me he comprometido lo suficiente.

Feliz vida plena de amor

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