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En las próximas entradas de este blog contaré algunos casos personales que ocurrieron y demuestran que pelear contra el Estado o contra una gran corporación es pelea de tigre con burro amarrado. Posiblemente le ha pasado a usted o a alguien cercano.

Captura de pantalla 2017-05-05 a las 4.03.17 p.m.

Comenzaré por el caso de BANCOLOMBIA. En esta historia contaré cómo un ladrón atracó a mi papá en frente de un cajero de BANCOLOMBIA en Bogotá y luego el banco atracó a mi papá al no devolverle el dinero y lavarse las manos en el proceso.

La historia es así:

El 25 de enero de 2017 atracaron a mi papá a un par de metros del un cajero de BANCOLOMBIA en el almacén Éxito de la calle 134 con 9 en Bogotá. El cajero es el externo sobre la calle 134 empotrado en una pared que no cuenta con ningún tipo de puerta, encierro o seguridad.

Mi padre de 75 años no alcanzó a entrar en el cajero cuando un delincuente con revólver en mano y tono amenazante le pidió la tarjeta y el teléfono celular. Aclaro que fue antes de ingresar la tarjeta al cajero, por ende mi papá NUNCA dio la clave de la tarjeta. Y digo esto porque BANCOLOMBIA se lavó la manos al decir que mi papá entregó la clave o se la vieron. Ya detallaré más adelante. El ladrón corrió hacia una moto donde lo esperaba su cómplice y huyeron.

Todo sucedió en cuestión de segundos. Le apuntan con un arma, le piden celular, tarjeta de crédito y huyen. Mi papá quedó aterrorizado. Es un señor de 75 años y no sabe cómo bloquear una tarjeta, sumado a los nervios del momento, decidió irse para su casa.

Este trayecto le tomó aproximadamente 40 minutos, tiempo en el cual los delincuentes hicieron varios retiros, desde varios cajeros aledaños a la zona. Apenas arribó a casa de mi hermana, ella bloqueó inmediatamente la tarjeta a través de una llamada a BANCOLOMBIA. Efectivamente, o al menos eso creímos, la tarjeta quedó bloqueada.

Aquí comenzó el martirio con el banco que le pone el alma: BANCOLOMBIA.

Y digo martirio porque en BANCOLOMBIA asumieron que mi papá entregó la clave o se la vieron, cuando, insisto, mi papá NUNCA ingresó la tarjeta en el cajero y MENOS ingresó la clave. Lo atracaron un par de metros antes.

Al hacer la reclamación a BANCOLOMBIA ellos afirmaron que respondían en 15 días hábiles, es decir tres semanas, pero mientras tanto mi papá debía seguir pagando su tarjeta normalmente, incluido interese y demás. Preciosos.

Al día siguiente fuimos a BANCOLOMBIA del centro comercial Palatino y nos entregaron una copia impresa de los movimientos de esa tarde funesta.

El extracto (ajunto foto) indicaba que hicieron 5 retiros por valor de $890.000. Radicamos el reclamo y a esperar 15 días hábiles.

bancolombia-robó-a-mi-papá

Ahora explico la forma como BANCOLOMBIA sospechosamente se lavó las manos de todo el asunto.

Efectivamente llegó una carta de respuesta de BANCOLOMBIA, en PDF al correo electrónico. Después de 20 días, informaban de unos retiros adicionales luego de haber sido bloqueada la tarjeta.

Sospechoso.

A pesar de que la tarjeta fue bloqueada, en BANCOLOMBIA afirman que hubo dos retiros adicionales por 300.000 y 320.000 (Abajo en la imagen).

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Lo irónico del asunto es que BANCOLOMBIA dice que investigó exhaustivamente. CSI les quedó en pañales.

En el misma respuesta adjuntan fotografías del LADRÓN, pero lo curioso es que no tienen una sola fotografía de mi papá frente al cajero. ¿DE DÓNDE AFIRMA ENTONCES BANCOLOMBIA QUE MI PAPÁ ENTREGÓ LA CLAVE?

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Doblemente sospechoso.

Esta es la respuesta oficial ante el robo:

Captura de pantalla 2017-04-17 a las 3.55.24 p.m.

Según BANCOLOMBIA la culpa fue de él. Se lavaron las manos. Así sin más. Le pusieron el alma.

Pero para completar esta conmovedora historia BANCOLOMBIA no sólo se limitó a descontar el dinero robado de los ahorros de mi papá, también le cobraron el costo por cada uno de los avances hechos por el LADRÓN y le cobraron también la expedición de una nueva tarjeta de crédito. Gran solidaridad bancaria.

 

Conclusión: Primero el delincuente robó a mi papá y luego lo atracó BANCOLOMBIA.

 

¡QUÉ LEJOS ESTAMOS!

Sobre el autor de este blog:

LuisÉ Quintero
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