Mauricio Liévano
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Intentar explicar nuestra bipolaridad es como intentar explicarle a un marciano, la malparidez de una tarde de domingo. Somos un poco esquizofrénicos porque generalmente pensamos una cosa, decimos otra y luego hacemos algo diferente y por eso siempre se nos ven las costuras.(...)
Continuar leyendoSomos los reyes del apego. Nos gusta llorar por lo que ya no es, sufrir por lo que pudo ser, sollozar por lo que ya no está. Vivir en el pasado nos da la seguridad de pisar lo andado porque el presente es un constante abismo y el futuro ni siquiera existe. Nos apegamos a(...)
Continuar leyendoDesde pequeño he sido un tipo tímido con todo lo que eso ha implicado: pocas novias (buenas), pocos polvos (buenos), pocos amigos (buenos). Para completar nunca aprendí a bailar, lo que se tradujo en dos pasiones que aún me acompañan en mi soledad: el fútbol y los libros.(...)
Continuar leyendoMe encanta ser un clase media. De esos que disfrutamos lo mismo un petaco de cerveza en una tienda, que un coctel en el Nogal, que nos gozamos por igual una langosta que una morcilla, (de la angosta o de la gruesa), una noche de sushi o destapar un tarro de atún Van Camps(...)
Continuar leyendoHay a quien le parece una ridiculez, una bobada, una extravagancia. Hasta una rareza. Sin embargo, como en marcha estudiantil, que tire la primera piedra quien no lo haya hecho o por lo menos, lo haya intentado. Dedicar una canción, un poema, un libro, un trabajo, es una(...)
Continuar leyendoColombia es un país diferente. Hemos progresado y pocos rastros quedan del que teníamos hace tres décadas. Parte de ese cambio es, sin duda, el nivel de preparación que una parte pequeña de la población, una verdadera élite, ha logrado adquirir, la mayoría de las veces(...)
Continuar leyendoEstamos llenos de quejetas, ventajosos y tapados. Aparte de los feriados y reinados, Colombia puede ser el país con el mayor número de protestas organizadas por semana. Protestan los paperos, los cafeteros, los arroceros, los taxistas, los de Uber, los camioneros, los(...)
Continuar leyendoBogotá ha recuperado con creces su apodo de antaño: La Atenas Suramericana. Hoy es una ciudad en ruinas. Por las razones que todos sabemos, Bogotá es una ciudad devastada, desolada, angustiada, desconsolodada, amargada y además, entristecida. Los últimas administraciones ((...)
Continuar leyendoEn realidad, el menor de los males que tenemos es padecer a un poco de barrigones anquilosados en el tiempo, que por alguna razón no especificada, se abrogaron el derecho de luchar por los demás, sin que nadie se los hubiera pedido, para hacer de la guerra un gran negocio.(...)
Continuar leyendoA Lilimaría… Esto no debió pasar de ser un susurro en el oído. Si acaso una cartica perfumada. Pero qué se le va a hacer, me ganó la necesidad de contar, de decir, de hacer saber, como si no bastara con que ella lo supiera. No soy un hombre viejo, ni mucho menos. Si(...)
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