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Valentin Pimentel, Mark GeigerPor: JuanSQ

Así como tengo manos, piernas, dedos y estómago, tengo fútbol en mi cuerpo. Por eso insisto, después del vergonzoso robo que sufrió Panamá contra México en la Copa de Oro, me duele el fútbol.

Lo que pasó en la semifinal de la Copa de Oro entre el equipo del ‘Piojo’ Herrera y el equipo de ‘Bolillo’ Gómez nos tiene que doler a todos los que amamos al fútbol. ¡Fue un robo evidente! Es imposible que las autoridades del fútbol, en este caso la ahora desprestigiada Concacaf, escondan de alguna forma la vergonzosa  actuación del árbitro estadounidense Mark Geiger.

Por si no lo tienen muy claro, les hago un pequeño resumen. Panamá, con 10 jugadores, vencía 1-0 a México. Al minuto 88, el juez se inventa un penal (inventa es el único verbo que se me ocurre para explicar lo que pasó) que México termina convirtiendo y que manda el partido a tiempo extra. Luego, otro penal a favor del ‘Tri’ (éste un poco dudosa) que puso a México en la final.

https://twitter.com/juansq/status/624053141231767552

La mano negra que necesitaba a México en la final por temas económicos fue evidente. El juez estadounidense hizo todo lo posible por poner al equipo con más seguidores en la final. Hasta los mismos narradores mexicanos sintieron vergüenza por la ayuda que estaba recibiendo su selección.

https://twitter.com/juansq/status/624083992938160128

Ver cómo el árbitro hace lo que le da la gana con los guerreros panameños que estaban logrando algo histórico, duele. Que los mexicanos se vayan a coronar campeones después de esto (y de lo que pasó contra Costa Rica), duele. Que el deporte más lindo del mundo, que eso que tanto amamos y que tantas alegrías y tristezas no ha traído sea maltratado de esa forma por un puñado de desgraciados en saco y corbata, duele. Me duele el fútbol.

PD: Aplausos para Román Torres. Qué jugador y qué señor el capitán de Panamá. A pesar de que habría sido completamente justa una reacción intensa contra el juez que los robó, él controló a sus compañeros y evitó que el circo se convirtiera en una guerra.

Juan Sebastián Quintero
Nos vemos en Twitter: @Juansq

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