El coaching es, tal vez, la disciplina profesional más atacada de los últimos años. No está de moda el coaching, está de moda titular, atacar, criticarle con el agravante de decir que quienes lo ejercen no saben realmente de qué están hablando. Y se refieren a esta práctica cuando quieren hablar de espiritualidad, meditación, mindfullness, escuelas de liderazgo experiencial, entrenamiento nutricional, entrenamiento de perros o ¡sectas!. Lo que les parezca. Todas son muy  valiosas y poderosas, pero NO SON coaching

Es más, hace muy pocos días la responsabilidad de  un suceso fatal que sucedió hace varios años en una escuela de liderazgo y PNL, en donde falleció un joven – lo cual desde acá lamento mucho- le fue endilgada a la práctica del coaching, cuando incluso al entrar a la web de dicha escuela no se encuentra nada relacionado al coaching. ¿De donde salió entonces la acusación? parece que los periodistas de la emisora que hizo la entrevista en Medellín a la madre del joven, y luego otra periodista columnista de un diario que replicó la nota, no se tomaron el trabajo siquiera de entrar a la web respectiva, es más la columnista tituló algo como «Coaching, juego de niños». Debo decir que ejercí periodismo por 15 años y de colega a colegas que dolor leer este tipo de cosas en donde se falta al principio básico de esta profesión: consulte las fuentes de todas las versiones involucradas. Pero, claro,  no porque haya casos como estos de falta de ética voy a decir que «todos los periodistas son irresponsables», porque la mayoría y soy amiga de muchos, son maravillosos profesionales éticos y comprometidos.

Si, lo admito, hoy escribo con coraje, porque  este tipo de actuaciones que por años hemos tenido que soportar no solo son injustas, alejadas de la verdad, sino que en la práctica nos ha causado daño a miles de profesionales, coach que como yo vivimos de esta profesión,  nos tomamos en serio nuestra actividad, estudiamos permanentemente y cada día vemos como personas y empresas son mejores gracias a las herramientas que el coaching brinda.

Entonces, poniéndome la camiseta de periodista nuevamente hice algo que ojalá lo hubieran hecho quienes han escrito  lo que han escrito en aras a «su verdad». Hice una búsqueda rápida en Linkedin con las palabras «coach Colombia» y me arrojó que hay cerca de 16.000 personas que colocan entre sus profesiones o actividades de su perfil profesional que son coach. Ahora, cambié las palabras y escribí «coach profesional Colombia» y entonces «¡voalá!» ese numero se reduce a poco más de 7.000. Mi pregunta es ¿qué pasa con las otras 9.000?  Y hay dos posibles respuestas: o se les ha pasado actualizar el rol como «coach profesional», que demuestra  que estudiaron, se certificaron (estoy hablando de una formación seria y avalada,  que en Colombia aproximadamente está entre ocho meses y un año, no de cursos de un fin de semana)  y están en continúa preparación o, segunda posibilidad, en realidad no lo son, tienen otras profesiones o actividades, todas absolutamente valiosas, pero repito NO SON coach y venden sus programas como coaching.

Mi periodista interior se preguntó entonces. ¿Qué pasa cuando alguien contrata un coach creyendo que tendrá un proceso  de coaching y en realidad es otra cosa y le va mal? Pues simple: hablará mal del coaching. Porque es lo más sencillo. Recuerdo como una vez un empresario al pedirme una propuesta de intervención desde el coaching para uno de sus equipos me aclaró de entrada «pero por favor no los vaya a hacer llorar, la ultima vez que vino un colega suyo terminaron tristes» . No profundicé en lo que les pasó pero me abrio la puerta para volverle  a explicar en que consistía un proceso de coaching de equipos y su respuesta fue «pues al parecer eso no fue lo que hicieron en esa ocasión»

Entonces, ante estas circunstancias lo acertado aunque más difícil para quién tuvo una mala experiencia sería comenzar a investigar si lo que recibió es coaching y si no, denunciar la mala práctica. ¿Dónde? En Colombia existen dos asociaciones internacionales que precisamente existen con la finalidad de promover un mayor conocimiento de esta disciplina y velar por el cumplimiento de los estándares éticos y académicos de los programas de formación de coaches. Está la International Coaching Federation, ICF, Capítulo Colombia, puede verla acá https://icfcolombia.com/   y la Asociación Colombiana de Coaching Ontológico Profesional, ACCOP, puede verla acá http://accop.org, de la cual tengo el honor de ser su directora de acreditaciones por eso conozco muy bien lo que se trabaja día a día para promover buenas prácticas entre profesionales del coaching, pero se nos sale de las manos ese universo de personas y escuelas que en realidad se dedican a otras actividades bajo el título de «coach» cuando no lo son.

¿Conoce un coach profesional que hizo una mala práctica? ¡Denúncielo!

Por eso dejo acá los link de las asociaciones que trabajamos en ello. Pero no más titulares llenos de vacíos de información que dañan reputación profesional sin remordimiento.

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Por las redes…

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