Trabajé con una coachee ―persona que contrata un coach―, que laboraba como chef en un importante restaurante y decía que quería abrir el propio. Llevaba varios años pensándolo, no se decidía y eso estaba comenzando a frustrarla, así que por eso me contrató, para que la apoyara en lograr eso que no había podido, además porque estaba entrando en ese peligroso espacio de “soy una incapaz”.
Al finalizar la primera sesión en donde exploramos su conexión con dicho deseo y sus motivaciones, se dio cuenta que en realidad quería hacerlo porque un día se lo había prometido a sus padres, quienes también estaban en el sector de la gastronomía, pero no era su máximo anhelo, por eso lo posponía y posponía. Su cuerpo también lo notaba. Cuando hablaba del que sería su restaurante lo hacía en voz baja, muy lento, por momentos sus ojos se perdían en el piso, pero cuando comenzaba a describir su trabajo actual se iluminaba su rostro. Disfrutaba crear platos y amaba el ambiente hasta por momentos estresante de la cocina. Su voz no paraba, las manos se movían constantemente, me contaba de cuando empezó, de su primer logro… Se imaginarán que el proceso tomó otro rumbo.
Lo veo también con quienes quieren escribir un libro. Desde hace varios años soy mentora de profesionales que quieren escribir libros no-ficción, algunos toman los cursos muy entusiasmados, pero pasa el tiempo y el manuscrito no llega. ¿Se estaban engañando? ¡No! Honestamente quieren escribir, dejar un legado, compartir sus métodos que son fruto de años de experiencia. Sin embargo, algunos llegan a darse cuenta que su meta no pasa por un libro, que no tienen, ni quieren tener, la disciplina de escribir, pero que pueden encontrar otra vía que vaya más de la mano con sus propias fortalezas. Recuerdo uno de ellos que decidió abrir un blog y sus objetivos están ahora en la vía de posicionarlo y nutrirlo.
No siempre es así, claro, ni tiene por qué serlo. En otras ocasiones veo a las personas realmente conectadas y con la seguridad de lograr algo, solo que no han sabido cómo hacerlo. Por eso, y más en estos momentos donde la vida nos está obligando a replantear metas, presupuestos, objetivos, etc, es fundamental arrancar por sentarnos a conversar honesta y descarnadamente con aquello que queremos y con aquello que no. Porque, y así lo digo abiertamente siempre, de qué sirve que conozcas técnicas para planificar, el paso a paso, hasta ayudas tecnológicas, si algo dentro tuyo te dice que no lo quieres hacer, que no conviene, que estás respondiendo a los deseos de otros, que estás siendo reactivo a una coyuntura, que no se han dado todas las conversaciones que se deben dar.
Llevar esta conversación a los equipos de trabajo en asuntos estratégicos -no operativos tiene que ver con una sentada a conversar sobre lo que realmente queremos como equipo, sobre el impacto en un proceso o en la organización, sobre lo que necesitamos ser o tener y aún no somos o tenemos, que debemos soltar para lograrlo y escuchar tanto al que está de acuerdo como al que no, porque es probable que esté último haya visto algo que los demás no.
Una meta da enfoque, marca prioridades y a partir de allí brinda dirección, es decir, certeza y claridad sobre el rumbo a tomar. Inyecta motivación, si estás de acuerdo en lo que quieres y hacia dónde vas, automáticamente se alimentan las ganas de hacerlo».
Aquí hago un paréntesis porque en varias ocasiones me han llamado para trabajar la motivación en el equipo. “Quiero motivarlos”, me dice el líder, y cuando hago una primera sesión lo que sale a flote es que no existe pasión por lo que están haciendo. Existe cumplimiento y deber, pero no compromiso total, porque no se ha conversado del mismo, hay ausencia de propósito colectivo, y esto último le da un sentido mayor a lo que se hace.
Es claro que ninguno de estos cuatro beneficios se va a manifestar si te fijas la meta incorrecta.
“Las metas encienden la llama de la pasión”
La pasión a la que me refiero es aquella que nace de la conexión con la meta adecuada. Es esa llama que se enciende cada vez que haces algo que te entusiasma. La presencia de la pasión en la vida se nota. Y su ausencia también. De hecho, es más frecuente esto último. ¿Cuáles son los síntomas de la ausencia de pasión?: rutinas que día a día se van volviendo insoportables, poca tolerancia a las dificultades, enfermedades frecuentes que van desde catarros hasta aquellas que te dejan en cama unos días, una sensación en el estómago de incomodidad que no nos deja en paz, insomnio y posiblemente mal carácter frecuente, entre otras.
Sin pasión no hay vocación. Las buenas aptitudes o el talento no son suficientes. Se necesita grandes dosis de pasión en lo que hacemos, es lo que hace la diferencia entre “un día más” y ¡Un día más! Y si tu frase es la primera de ellas, tu éxito profesional, tu salud y tu felicidad se resentirán.
Por eso, te invito a conectarte con lo que te apasiona y frente al escenario de eso que quieres emprender y convertir en una meta, respóndete:
- ¿Qué es lo que realmente me apasiona en la vida?
- Esto que quiero hacer ¿Es mi decisión?
- ¿Cómo impactará mi vida?
Si las dos respuestas son un Sí rotundo, ¡adelante! Pero si hay un dejo de duda, continúa reflexionando y escribiendo lo que vaya surgiendo. Conversa contigo hasta entender qué es aquello que dentro de ti no está del todo seguro.
** Este texto corresponde al primer capítulo de mi libro METAS EFECTIVAS, proceso de coaching guiado. Puedes adquirirlo digital en www.amazon.com
¿Cómo encender la llama de la pasión?
La presencia de pasión en nuestras vidas se nota… y su ausencia también. ¿Cuáles son los síntomas de la ausencia de pasión? En este video comparto algunos, así como una propuesta de conversación desde el coaching para que des los primeros pasos para conectarte con tus pasiones. ¿La aceptas?
Mi pasión es la formación, los juegos para el aprendizaje y el coaching. Te invito a conocer cómo puedo apoyarte a ti o a tu empresa en el desarrollo de competencias en tus formadores e instructores internos y equipos en www.ecofformaciondeformadores.online / www.facilitarclic.com / Contacto: coach@coachsandramateus.com o en el whatsapp +57 315 4786927
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