Gracias estimado lector por no quedarse en el titular -algo provocativo, sí- pero lamentablemente así es el pensamiento de miles de colombianos ante el caso reciente de un alemán, Dominic Fabian, a quien le fue negada su solicitud de residencia en Colombia.
Se la negaron por errores en el procedimiento a la hora de presentarse para renovar su visa. No era visa de turista, sino de residencia. El Consulado de Colombia en Frankfurt especificó: “Para el tipo de visa de residente a la que aplicó, la persona debe haber permanecido en Colombia de forma continua e ininterrumpida por 5 años, y al no cumplirse ese requisito no se admite la solicitud inicial” Es decir, incumplió los requisitos. Él debería saberlo y debería saber además que en temas de migración las normas son muy estrictas. Sólo miren la cantidad de papeleo que debe llenar un colombiano para ir a cualquier país europeo. No piden visa en algunos países de Europa, pero hay unos requisitos mínimos. Al menor error, simplemente niegan su solicitud de ingreso. Esto no es de decir me quiero ir a vivir a Europa y ya. Willkommen
El hombre compungido hace un video donde pide a quien le pueda interesar que le dé una mano. Él argumenta que hace videos sobre las maravillas de Colombia -que las hay-, que paga impuestos, visas, da empleo y demás.
Cosas muy ciertas, muy buenas pero que no garantizan una visa. De hecho, entiendo que volverse colombiano es de los procesos más engorrosos que hay. Una burocracia inmamable, pero hay que gente que le encanta sufrir. Bien por ellos.
Entonces los medios titulan “Niegan visa a alemán que ama a Colombia”. Y enfurecen a millones de colombianos, indignadísimos por la noticia.
Una gran mayoría con comentarios xenófobos contra venezolanos, ecuatorianos y más personas suramericanas. ¿Habrá algo más irónico que un colombiano xenófobo?
De muchísimos comentarios que leí eran tipo “Le abren la puerta los venecos delincuentes pero no a este alemán que sólo habla maravillas del país”.
Para ellos los alemanes sí pueden entrar, pero los venezolanos no. Pero no rechazan a los extranjeros por ser extranjeros, los rechazan por ser pobres o ser refugiados.
Sufren de aporofobia porque los venezolanos trabajadores y buenos ciudadanos -algunos de ellos millonarios con grandes inversiones en Colombia- no les molestan; les molestan es los “pobres venecos”.
Rechazan y odian al pobre, sea venezolano, chino o, incluso, el mismo colombiano.
Como dijo Adela Cortina: «A Trump no se le ha ocurrido poner un muro en el norte, en la frontera con Canadá, sino en el sur, en la frontera con México».
Retomando el tema del youtuber alemán, parece ser que es más un error en la forma de aplicar a la visa, que un rechazo total a la misma.
De lo que pude constatar con algunos extranjeros nacionalizados en Colombia es que el proceso puede tomar años -una de ellas me dijo que siete años de vivir, casarse y tener dos hijos aquí le tomó ser colombiana-. Seguro soluciona esos problemas y le otorgarán su residencia colombiana. Que se puede nacionalizar pronto también, espero.
Si queremos algún día medio parecernos a la nación teutona, que compite en la lista de países como mejores índices de desarrollo humano del mundo, hay que entender que hay normas, procesos y que por estos días de pandemia están rechazando muchas solicitudes de visas, residencias y demás. Colombia no es la excepción.
¿O es que si yo digo que si voy para Alemania a hablar bonito de la cerveza, las salchichas y otras maravillas me dan la residencia alemana de una?
¿No, verdad?
Dominic, el querido alemán, menciona en el video que él no se siente alemán en Alemania, se siente colombiano en Colombia. Y si lo dice en Alemania seguramente será una opinión más. Pero vaya uno a decir aquí que no se siente colombiano en Colombia y verá que si no lo apuñalan, es porque está de buenas. El chovinismo nos ciega y nos gana, porque Colombia es el mejor vividero, duélale a quien le duela.
Y a usted xenófobo colombiano que tal vez lea esto sepa que muchos europeos tampoco quieren colombianos por allá, incluido usted. La xenofobia no se escapa de ningún país.
Yo espero que dejen entrar al hombre. Al parecer ha hecho muy buenas cosas y cualquier inmigrante que quiera venir a aportar, hacer crecer y ayudar a Colombia es bienvenido sin importar su nacionalidad, etnia, color de piel, etc.
Eso sí, muy humildemente lo invitaría a que conociera y hablara también de esa Colombia que muchos extranjeros no ven y que muchos colombianos quieren ocultar: la Colombia violenta, corrupta y profunda, pero profundamente desigual. La que lo mata por pensar diferente, por buscar equidad, por tener gustos sexuales diversos, por buscar un mejor país para todos, incluido Dominic, el alemán.
Porque para hablar muy bien de ese país hay miles de extranjeros -y colombianos- que lo hacen; pero para hablar de lo que realmente pasa, muy pocos. Por no decir que ninguno.
Bienvenidos los alemanes y los venezolanos; los europeos y los suramericanos. Bienvenido a Colombia todo el que quiera. Porque está más que probado que la inmigración es una fuerza que impulsa de forma mucho más positiva que negativa a las naciones.
¡QUÉ LEJOS ESTAMOS!
Sobre el autor de esta columna:
LuisÉ Quintero
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