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Mantenerme con mi trabajo actual en el que llevo años y no disfruto, pero tengo la certeza que no me van a despedir… o emprender un negocio propio. Dedicarme a mi pasión aunque no me dé muchos ingresos… o al negocio que me ofrecen que si bien no es lo que yo había soñado, es muy rentable y me dará estabilidad económica. Usar el dinero extra que me llegó para pagar deudas… o para irme de viaje. Continuar con una relación que ha sido importante en mi vida pero muy conflictiva o… arriesgarme a darle fin. Quedarme en mi ciudad (país)… o migrar a otro para aprovechar una oportunidad específica.

Todas estas disyuntivas entrarían en el espectro de lo que podemos calificar como una “difícil decisión”. ¿Qué le da esa connotación? Lo que hay en juego. Desde la estabilidad económica, hasta la física o emocional no solo para mí sino para mi círculo más cercano y por ende se activa de inmediato un mecanismo de defensa que ha estado desde siempre con el ser humano: el miedo.

El miedo. Esa emoción que muchos quieren ocultar tras fachadas de “es mejor malo conocido que bueno por conocer”, “la situación económica no da para emprender, mejor mi cheque seguro al final del mes”, “es lo que hay y no estoy tan mal” o “para que arriesgarme, otros no lo lograron, eso ya es una señal que no puedo ignorar”. Pero bajo estas caretas del lenguaje en realidad lo que hay son conversaciones internas que surgen en esa soledad en la que solo nuestros pensamientos son los protagonistas y giran alrededor de “y si no soy capaz?, ¿ y qué voy a hacer si esto no funciona?, ¿y si me quedó solo(a)?, ¿y si me equivoco?. “y si…”

Es en ese momento, cuando aparecen los “y si…” que tenemos dos opciones para relacionarnos con ellos. La primera es darles el poder de erigirse como muros en donde las respuestas van a alimentar esas inseguridades y terminamos con alguna de las frases fachadas que mencioné atrás. O, la segunda, darles el poder de extenderse como puentes hacia nuestro propio auto conocimiento y exploración de posibilidades.

Yo me inclino por la segunda, porque solo de esa manera saldré de la duda de qué es lo que realmente me está queriendo indicar ese temor. ¿Cómo se lleva esto a la práctica?

En una conversación de coaching algunas de las preguntas que me surgirían para quién esté frente mío son: ¿Qué hace que te plantees esto en este momento de tu vida? (Sentido de urgencia); ¿Qué valores son fundamentales en tu vida y de ellos cuáles estarías colocando en riesgo en esta decisión? (Sentido de identidad); o Si cierras los ojos y te ves primero en uno de los escenarios y luego en el otro, ¿en cuál de los dos sonreíste mientras lo pensabas? (Sentido de compromiso).

Preguntas como estas nos llevan a ir inclinando la balanza hacia uno u otro lado y a partir de allí se pueden comenzar a aplicar otras técnicas como las de comparar elementos negativos y positivos de tomar una u otra decisión, qué perdemos, que ganamos, para cual somos más competentes (en el caso de una decisión profesional), entre otras.

Nuestro cuerpo es nuestro mejor consejero si le damos permiso para hablarnos y nos damos la oportunidad de escucharlo. Sensaciones como las famosas “mariposas en el estómago” no salieron de la nada y tienen más importancia de la que le damos, porque, y esto es algo que la mayoría desconoce, tenemos incrustados en las paredes estomacales alrededor de 500 millones de neuronas, es lo que se llama sistema nervioso entérico.

La explicación de cómo actúa da para otra nota, pero lo más importante es que la intuición, las sensaciones e ir un poco más allá de los análisis lógicos, siendo estos también fundamentales en una parte del proceso, son la clave para dar el primer paso con mayor seguridad en la toma de decisiones y más aún en aquellas que nos trasnochan.

¿Cuál decisión estás por tomar y no te has armado de valor para hacerlo?

Y para complementar este tema, te invito a darte una pasada por el canal Gimnasia Conversacional… en donde precisamente esta semana el tema es: emociones ¿como influyen en nuestras decisiones?


Avisos parroquiales profesionales

Esto es lo que hago: Coaching  y Comunicación efectiva. Procesos de coaching personal (presencial en Bogotá o Vía Skype si vive fuera de esta ciudad); ejecutivo y/o equipo. Consultoría y formación en comunicación efectiva y estratégica a nivel organizacional. Programas de entrenamiento en competencias conversacionales dirigidos a voceros de empresas, equipos de trabajo, ejecutivos, coordinadores, jefes de área, responsables de proyectos, líderes de equipos o comunidades. Contacto para procesos y/o entrenamientos: coach@coachsandramateus.com / www.coachsandramateus.com

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