Blog de Salud y Cirugía Plástica Segura

El acné es un problema presente en un gran porcentaje de la población que genera depresiones y complejos bastante fuertes, llevando a muchas personas a consultar especialistas que les permitan obtener una solución rápida, eficaz y con pocas secuelas en su rostro.

El problema es que con frecuencia son demasiados los remedios y tratamientos que podemos encontrar en el mercado, por lo que decidirnos por uno u otro sin consejo de un profesional resulta en muchos casos arriesgado. Son muchas las personas que en lugar de visitar al dermatólogo, se automedican, o preguntan en la droguería más cercana, o siguen las recomendaciones de aquella amiga a quien le funcionó muy bien una crema que sin embargo funcionaba bien solo en la piel de la amiga y en similares, pero no en otras.

Naturalmente son muy pocos los tratamientos que funcionan bien en todos los casos debido a que no se conoce el tipo y el nivel de gravedad de acné que se está padeciendo y al auto-medicarse, se estará aplicando un remedio o tratamiento diseñado para un caso distinto, que puede dejar nefastas consecuencias en su piel.

Si usted sufre de acné y ve a diario publicidad o escucha comentarios sobre tratamientos que prometen mejorar y hasta eliminar el problema de raíz sin quedar con cicatrices de forma permanente, es muy importante saber que al haber muchos productos en oferta, lo ideal es apartar una cita con un dermatólogo que le indique de forma científica cuál de todos esos productos que anuncian es el que le conviene a usted, o cuál le recomienda para obtener un cambio mucho más efectivo y de más rápida acción para su caso particular.

Qué es el acné y tipos de acné

Pero ¿qué es el acné y que tipos de acné existen? Muchas personas creemos que el acné hace parte de nuestra vida al pasar por la pubertad, situación que varía en las personas dependiendo de factores hormonales que aumentan la producción de grasa (sebo) de la glándula sebácea o en muchas ocasiones factores hereditarios o genéticos que dependiendo de su complejidad se pueden tratar.

El acné es una enfermedad cutánea que se presenta cuando los poros se taponan debido a la acumulación de células muertas y bacterias como el propionibacterium acnes, el cual prolifera y produce inflamación y dolor en las paredes de las glándulas sebáceas.

Hay diferentes tipos de acné como:

Acné no inflamatorio: lo que conocemos como puntos blancos y negros o comedones, causados por el taponamiento por la glándula de la grasa y el cual tiende a dejar los poros dilatados.
Acné inflamatorio: Es aquel donde encontramos pápulas; pequeños bultos de color rosado y que pueden doler al tocarlos y las pústulas, lesiones pequeñas y redondas de color rojo y con pus visible. En ambos casos se producen por la sobreinfección bacteriana y se recomienda no apretar las protuberancias pues pueden quedar cicatrices permanentes.
Acné Conglobata: tipo de acné severo el cual puede formar nódulos; granos grandes, dolorosos y sólidos que están dentro de la piel y que pueden permanecer por varios días y los quistes; granos profundos, dolorosos y llenos de pus. Considerado el tipo de acné más complejo.

¿Qué no se debe hacer?

En todos los casos se recomienda no espichar, apretar, frotar y tocar las lesiones con las manos, pues se puede aumentar la proliferación de bacterias.
Evitar el uso de cosméticos grasos los cuales pueden producir el taponamiento de la salida de la glándula sebácea.
Tener una alimentación balanceada y sin excesos, manteniendo un consumo bajo de leches tratadas (debido al aumento de hormonas que generan en el organismo) y de carbohidratos y azúcares los cuales componen un pico de insulina alto que estimulan la formación de acné.
Evitar automedicarse pues en muchas ocasiones esto lleva a que las lesiones que se están generando pasen de no inflamatorias a inflamatorias, dejando consecuencias en la piel.

Tratamientos

Caso sacado de la web de la dermatóloga de Bogotá, Angélica Domínguez

Para evitar secuelas es indispensable acudir a médicos dermatólogos que nos ayuden a identificar el tipo de acné que se padece pues dependiendo de esta valoración se puede elegir el tratamiento adecuado para este problema.

Cuando el acné no es inflamatorio se pueden usar medicamentos que ayuden a exfoliar la piel para destapar aquellos poros que están tapados, además de poder recurrir a cremas y procedimientos dermocosméticos como los peeling y las microdermoabrasiones que ayudan muy bien al recambio de la piel.

En el caso del acné inflamatorio cuando ya se ven involucradas algunas bacterias que inflaman los poros se pueden usar antibióticos tomados y aplicados y realizar procedimientos dermocosméticos enfocados a disminuir la inflamación generada por las bacterias. En el caso complejo del acné conglobata, en el que las lesiones son demasiado grandes y profundas que secretan pus, se requiere un tratamiento oral que actué de forma efectiva enfocado siempre al manejo de secuelas para lograr dejar en la persona el menor rastro de marcas y cicatrices posibles.

Todo esto cuando es manejado por un médico dermatólogo como la Dra. Angélica Domínguez de la Asociación Médica de Los Andes, nos ofrece la garantía de que terminaremos despidiéndonos del acné.

Leidy Castañeda,
Jefe de Prensa
MedicosLideres.com

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