Por: @JuanSQ1
Lastimosamente, no es la primera vez que escribo sobre este tema (acá un texto en el que también toco este tema: ‘No más fútbol sin hinchas visitantes’). Sin embargo, y por el amor que tanto le tengo a ese hermoso deporte llamado fútbol, me siento en la triste obligación de hacerlo de nuevo. Los delincuentes están mandando en varios estadios de la Liga Águila y las autoridades no saben cómo controlarlos.
Al parecer, la prohibición de hinchas visitantes en algunos estadios de Colombia le ha dado derechos inaceptables a las barras locales. Algunos desadaptados se han tomado el poder por sus propias manos y han decidido hacer las veces de encargados de la seguridad para revisar si quienes no portan las mismas prendas que ellos son hinchas del equipo visitante. Como cualquier grupo para militar o de limpieza social, los vándalos disfrazados de hinchas están requisando y sacando del estadio a quienes ellos consideran que no deberían estar ahí.
Se habían reportado casos en El Campín y en el estadio del Deportivo Cali, sin embargo, esta vez ocurrió en el Atanasio Girardot. Este sábado, en el partido en el que el Deportivo Independiente Medellín recibía al verde del Valle del Cauca, los delincuentes volvieron a hacer de las suyas. Como lo explicó Jorge Hoyos, presidente de Asociación de Barras del Medellín, al periódico El Colombiano, a algunos seguidores del DIM “les dio por pedirles las cédulas a los sospechosos y los requisaron para ver si tenían camisetas del Cali. Esto irritó a varios de los increpados y terminó en numerosas peleas”.
“Si vienen a ver al equipo, pónganse la camiseta”, es la amenaza que denuncia haber recibido un asistente al estadio de Medellín, en una carta publicada por Jair Orozco, periodista de TeleMedellín. Esta, las timosamente, es en general la misma amenaza que se escucha en los estadios donde está prohibido el ingreso de hinchadas visitantes.
Otra denuncia en relación con lo que ocurrió el sábado en Medellín llegó de parte del ex futbolista Wilson Cano. Como lo explica Publimetro, Cano asistió al estadio “en compañía del asistente técnico de la selección sub 20, con el fin de disfrutar el espectáculo y no tomar partido por ninguno de los dos equipos… Esa neutralidad no fue bien vista por la barra brava del conjunto poderoso, quien asoció a Cano con el Deportivo Cali y lo correteó por las tribunas populares y de occidental”.
La respuesta de Cano no se hizo esperar. Como era de esperarse (y que es lo único que logra la estupidez de prohibir el ingreso de visitantes en vez de castigar fuertemente a los violentos), a través de la página de Facebook del periodista Wbeimar Muñoz el ex futbolista dijo que nunca más volverá al estadio…
Dos hinchas lesionados, 11 detenidos y más de 40 riñas… Ese es el resultado de lo que ocurrió en Medellín gracias a una ley en la que se protege al violento e intolerante, y se castiga a quien quiere ir a ver fútbol a un estadio. Como lo dije en este mismo espacio hace más de un año, siempre insisto con lo mismo, los buenos hinchas tenemos que hacernos sentir más que los violentos. El fútbol es un juego, no una guerra. No tiene sentido que un puñado de desadaptados terminen ganando y dejen por fuera a buenas personas cuyo pecado es ponerse una camiseta de un color diferente. Fútbol en paz, por favor.
Juan Sebastián Quintero
Nos vemos en Twitter: @JuanSQ1
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