Reflexión de la Semana – Una vida útil, feliz y con un propósito

Cuando comencé mi proceso de recuperación, por el simple
hecho de modificar algunas conductas, muchas cosas comenzaron a cambiar en mi
vida para bien.

Todo el mundo me felicitaba, conseguí novia, el dinero no
se escapaba volando y tenía tiempo para todo; entonces me llené de soberbia. Me
sentía el único ser en el mundo que había logrado ganarle la guerra a una
adicción y que nadie tenía derecho a decirme nada, pues había logrado nada más
y nada menos que sobreponerme a uno de los flagelos que han aquejado a la
humanidad durante milenios.

No podía estar más alejado de la realidad. Al poco tiempo
la gente siguió con su vida y cesaron las felicitaciones. Cuando llegaba a las
reuniones no me extendían alfombra roja por ser un tipo que había logrado algo
extraordinario. La administración de impuestos no me eximió de mis obligaciones
tributarias, en la universidad no me otorgaron un doctorado honoris causa, ni
los empresarios hicieron fila para pedirme que trabajara con ellos.

Con el tiempo me di cuenta de que había mucha gente que
no tenía ningún tipo de adicción; otros que sí las tenían, pero las toleraban y
trataban de vivir la vida con su limitación; todos simplemente disfrutaban la vida.

Haberme librado de una adicción no era algo para
vanagloriarme, ni mucho menos un propósito de vida. Simplemente fue algo que
tuve que hacer para dejar de ser infeliz y al mismo tiempo un paso hacia algo
mucho más importante que iría construyendo durante mi proceso de recuperación:

Una vida útil, feliz y con un propósito.

Nueva sección «Reflexión de la Semana»

Ha sido abierta a raíz de las
peticiones de mis seguidores en las redes sociales, de los lectores de este
blog, y de mi novela electrónica sobre adicciones «Un Favor Antes de Morir». Espero
que la brevedad y sentido común de estas reflexiones sirvan como una nota
refrescante y una guía llena de buenos deseos para todos en cada semana.

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