Reflexión de la semana – La comida nos dice muchas cosas

Tanto la comida que comemos, como nuestra forma de comerla,
nos dicen muchas cosas de nosotros mismos. A veces usamos la comida para no
sentir. A veces, el placer o la sensación de satisfacción y plenitud que
produce la comida, nos permite contrarrestar otros dolores, vacíos o
sentimientos de insatisfacción.

A veces tratamos de controlar compulsivamente la cantidad,
la calidad, los aspectos benéficos o nocivos de lo que comemos. A veces
atribuimos propiedades mágicas a algunos alimentos y procuramos evitarlos, o
consumirlos.

A veces, la comida nos margina y aísla porque queremos dar
rienda suelta a nuestra compulsión sin que nos molesten, ya sea para comer en
exceso, para comer solo alimentos «saludables», o para no comer. A veces,
cuando hacemos dieta o cuando comemos en exceso, nos ponemos intolerantes,
irascibles, depresivos o negativos; eso no quiere decir que la dieta produzca
dichos sentimientos, sino al contrario, que la compulsión con la comida los
estaba tapando. Al igual que un alcohólico, no se siente bien cuando no está
bebiendo, un comedor compulsivo no se siente bien cuando no está lleno o
comiendo, un anoréxico no se siente bien cuando deja el ayuno, un
ortoréxico se siente mal cuando no puede comer sus alimentos «saludables».

Al observar la forma como nos alimentamos, nos permitimos detectar
problemas profundos que podemos estar tapando con nuestra forma de comer.

¿Hay algún alimento específico que te produzca deseos de
comer más y más?

¿Hay situaciones que te llevan a comer compulsivamente?

¿Hay situaciones que te llevan a dejar de comer?

¿Hay alimentos que te producen estados de ánimo negativos?

Tanto la comida que
comemos, como nuestra forma de comerla, nos dicen muchas cosas de nosotros
mismos. Al observar la forma como nos alimentamos, nos permitimos detectar
problemas profundos que podemos estar tapando con nuestra forma de comer.

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