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A lo largo del año llegan a la cartelera comercial toda clase de películas: los pomposos estrenos de Hollywood, las películas infantiles, los dramas del cine independiente y alguna que otra película de autor.  En vacaciones todo esto se resume a un solo tipo de película: Películas de vacaciones.

El problema es que quienes creemos que el cine no empieza y termina en Hollywood, rara vez en el año tenemos tiempo para ver las películas que quisiéramos y seguramente a usted también le ha pasado que se ha programado para ver una buena película independiente que salió de cartelera justo un día antes (duró una semana).

En vacaciones tenemos la posibilidad de ajustar nuestros tiempos, programarnos, mover los horarios, ir hasta teatros lejanos a nuestra casa…pero ya no hay buenas opciones para ver.  Las películas de vacaciones son monotemáticas y van dirigidas al público «familiar», que no significa otra cosa que papás acompañando a los hijos a ver películas o papás que solo disfrutan películas que sus hijos puedan entender.

En Estados Unidos las «summer movies» (películas de verano) son todo un género y la situación de la cartelera a mitad y a final de año es similar pero distinta: A mitad de año se presentan algunas películas que buena parte del público espera con ansias y que copan la mayoría de los teatros y al final solo algunos estrenos que generan menos expectativa, partiendo de la base de que la gente sale menos de sus casas en invierno.  En ambos casos, la proyección de otro tipo de películas queda aplazada o definitivamente cancelada.  Yo no estoy en contra de que en las salas de cine se proyecte cine infantil, ni más faltaba, yo también me programo para ir con mis hijos, ni que las salas comerciales proyecten películas que compensan la falta de contenido con efectos especiales; pero ¿por qué no pueden ofrecer otras alternativas? (leer aquí post sobre «cine crispetero).

Excepción hecha de quienes todo el año ofrecen cine independiente, la situación de muchas salas-pocas películas se incrementa en esta época. No es extraño encontrar grandes múltiplex con más de 10 salas y menos de 3 títulos para ofrecer en todos sus formatos: En 3D, En 2D, Con subtítulos, doblada, en IMAX, etc…

Las películas de vacaciones están llenas de elementos predecibles y aburridos: animales que hablan y hacen cosas «divertidas», comedias cargadas de humor físico y escatológico, alguna historia de terror o acción de poca factura y, por supuesto, el estreno nacional de la nueva comedia de nuestro rey Midas colombiano con su elenco televisivo y su homenaje a la ramplonería.  El cine de este personaje, y el de los que ya lo siguen e imitan, podría denominarse «cine de desenguayabe» (siendo indulgentes y llamándolo cine).

Aclaro, una vez más, que no estoy en contra de que presenten estas películas, pero ¿por qué solo esas?.  Por fortuna existen las colecciones de vídeo, Netflix, Youtube y algunas cinematecas que reservan para este mes la repetición de las mejores películas del año; si no fuera así, tendríamos que mandar a nuestra cinefilia también de vacaciones.

Para ver otros textos sobre cine y cultura visita Jerónimo Rivera Presenta
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