Ten cuidado con las adiciones del nuevo milenio

¿Cuál es tu adicción?

A diario me contactan personas pidiendo orientación sobre diferentes temas.
Teniendo en cuenta las preguntas más comunes, he desarrollado una lista de las adicciones no convencionales más frecuentes de los últimos tiempos.

Vale la pena aclarar que estas adicciones, aunque no implican el consumo de una sustancia, replican los mismos patrones de conducta de cualquiera adicción química: Incapacidad para controlar la conducta por sí mismo, a pesar de los problemas que la conducta le puede traer a la persona.

Hace treinta años, la principal causa de accidentalidad en las vías en Estados Unidos era conducir bajo la influencia de sustancias. En este momento, de acuerdo a varios estudios, las distracciones al manejar (chatear, contestar llamadas, revisar notificaciones, etc) se disputan el liderazgo con el consumo de sustancias.

Haciendo click en el siguiente link, podrás ver un comercial institucional para prevenir las distracciones al conducir. De hecho, actualmente se están haciendo muchas campañas al respecto en Europa y EEUU.

Hay tantas variaciones, que el listado podría ser infinito. En otros artículos profundizaremos con historias de personas que han padecido alguna, pero por ahora hago un listado de las más comunes:

Adicción a los videojuegos: Involucrarse de manera compulsiva en juegos electrónicos, descuidando otras áreas de la vida.
Adicción a las redes sociales: Pasar horas navegando por plataformas como Facebook, Instagram, Twitter, etc., buscando validación y entretenimiento constante.
Adicción al teléfono móvil: Sentir la necesidad constante de estar conectado al teléfono celular, incluso en situaciones inapropiadas.
Adicción a las compras en línea: Realizar compras compulsivas a través de sitios web y aplicaciones de compras.
Adicción al streaming de contenido: Pasar largas horas consumiendo contenido multimedia en plataformas como Netflix, YouTube, Hulu, etc.
Adicción a las aplicaciones de mensajería instantánea: Sentir la compulsión de revisar y responder mensajes en aplicaciones de mensajería como WhatsApp, Telegram, Messenger, etc.
Adicción a las noticias: Obsesionarse con la lectura de noticias en línea, buscando constantemente información actualizada.
Adicción a los videojuegos móviles: Pasar horas jugando juegos móviles, especialmente aquellos con mecánicas adictivas o de recompensa.
Adicción a las redes sociales de nicho: Obsesionarse con comunidades en línea específicas, como subreddits, grupos de Facebook o foros especializados.
Adicción a la pornografía en línea: Consumir contenido pornográfico de forma compulsiva, lo que puede tener repercusiones negativas en la vida personal y las relaciones.
Adicción al trabajo en línea: No poder desconectar del trabajo debido a la facilidad de acceso a través de dispositivos tecnológicos.
Adicción a las aplicaciones de citas: Pasar horas deslizando perfiles y chateando en aplicaciones de citas como Tinder, Bumble, etc.
Adicción a los videojuegos de azar en línea: Apostar dinero real en juegos de azar en línea, como casinos virtuales o apuestas deportivas.
Adicción a la realidad virtual: Perderse en mundos virtuales durante largos períodos de tiempo, ignorando la realidad.
Adicción a la autoimagen digital: Obsesionarse con la apariencia en las fotos y las redes sociales, buscando constantemente validación y likes.
Adicción a las aplicaciones de ejercicio físico: Obsesionarse con el seguimiento de la actividad física a través de aplicaciones y dispositivos, a veces llegando a extremos poco saludables.
Adicción a los juegos de apuestas móviles: Jugar a juegos de azar con dinero real a través de aplicaciones móviles.
Adicción al cibersexo: Participar en conversaciones sexuales explícitas en línea de forma compulsiva.
Adicción a la búsqueda en línea: Pasar horas buscando información en Internet sin un propósito definido, solo por la gratificación de encontrar algo nuevo.
Adicción a la monitorización de la salud: Obsesionarse con el seguimiento constante de datos de salud a través de dispositivos y aplicaciones, a veces llevando a comportamientos hipocondríacos.
Adicción a la edición de fotos: Pasar mucho tiempo editando y retocando fotos en aplicaciones de edición de imágenes.
Adicción a los concursos y sorteos en línea: Participar compulsivamente en concursos, sorteos y juegos en línea con la esperanza de ganar premios.
Adicción a la verificación constante de correos electrónicos: Sentir la necesidad compulsiva de revisar el correo electrónico repetidamente, incluso fuera del horario laboral.
Adicción a los podcasts y audiolibros: Pasar horas consumiendo contenido auditivo en forma de podcasts y audiolibros.
Adicción a la creación de contenido en redes sociales: Sentir la compulsión de crear y publicar contenido constantemente en plataformas como YouTube, TikTok, etc.
Adicción a los juegos de rol en línea: Sumergirse profundamente en juegos de rol en línea, invirtiendo cantidades excesivas de tiempo en personajes virtuales.
Adicción a los grupos de discusión en línea: Participar de manera obsesiva en debates y discusiones en grupos en línea sobre temas específicos.
Adicción a la piratería informática: Participar en actividades ilegales relacionadas con la descarga y distribución de contenido pirateado en línea.
Adicción a las citas virtuales: Pasar horas chateando y coqueteando en plataformas de citas virtuales, sin tener intención de llevar las relaciones al mundo real.
Adicción a la realidad aumentada: Perderse en aplicaciones y juegos de realidad aumentada durante largos períodos de tiempo.
Adicción a las transmisiones en vivo: Pasar horas viendo transmisiones en vivo en plataformas como Twitch, sin límites claros.
Adicción a los videojuegos retro: Obsesionarse con juegos clásicos y retro, invirtiendo grandes cantidades de tiempo en revivir la nostalgia del pasado.
Adicción a las aplicaciones de planificación de viajes: Pasar horas planificando viajes y vacaciones en aplicaciones y sitios web de viajes.
Adicción a la educación en línea: Consumir cursos y materiales educativos en línea de manera compulsiva, sin pausas para la reflexión o la aplicación del conocimiento adquirido.
Adicción a la monitorización de las redes sociales: Obsesionarse con el seguimiento constante de la actividad en las redes sociales, incluidos likes, comentarios y compartidos.
Adicción a los memes y contenido viral: Pasar horas consumiendo memes y contenido viral en plataformas como Reddit, 9GAG, etc.
Adicción a los programas de televisión en línea: Pasar horas viendo series y programas de televisión en plataformas de streaming.
Adicción a la programación: Obsesionarse con la codificación y la programación, pasando largas horas frente a la computadora escribiendo código.
Adicción a los gadgets tecnológicos: Sentir la necesidad compulsiva de comprar y poseer los últimos gadgets y dispositivos electrónicos.
Adicción a los juegos de construcción y simulación: Pasar largas horas jugando juegos de construcción y simulación como Minecraft o Sim

Uno podría pensar que así como con el alcoholismo la abstención implica dejar de beber, con la drogadicción, dejar de consumir sustancias, y con el juego, dejar de jugar… la recuperación de cada una de estas adicciones comenzaría dejando el objeto de la adicción de la persona.

Sin embargo, en la práctica hemos visto que muchas de estas adicciones están asociadas a una postergación compulsiva, procrastinación o un desperdicio masivo del tiempo por parte del adicto.

Por lo general, sólo abstenerse de la conducta compulsiva, nos llevará simplemente a reemplazarla por otra. Mi consejo, si alguna de estas adicciones está trayendo problemas a tu vida, es que busques ayuda profesional.

Si deseas compartir tu opinión, experiencia, fortaleza y esperanza acerca del manejo de alguna adicción, siéntete libre de hacer un comentario o escríbeme a calderon.ramiro@gmail.com

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Ramiro Calderón
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