Papá está vivo. Luce con su piel afeitada, su corbata de seda y aquella boina vasca que calza su cabeza a la perfección. Me mira con sus grandes ojos negros y hace esa sonrisa particular que me produce alegría. Tomo el morral y atravieso la puerta de salidas del aeropuerto de Bogotá. La escena es […]
Es la brasilera, una vez más, quien me despierta. Termina de ponerse un saco «corta vientos» ceñido a su cintura, sonríe y sale del dormitorio. Me incorporo y paso por el proceso tedioso de quitarle el candado al casillero, sacar la maleta, abrirla, buscar una muda limpia, los implementos de aseo, volver a cerrarla, ponerla […]