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Palabras movedizas
Sólo Rebeca sucumbió al primer impacto. La tarde en que lo vio pasar frente a su dormitorio pensó que Pietro Crespi era un currutaco de alfeñique junto a aquel protomacho cuya respiración volcánica se percibía en toda la casa (…) Pasó noches en vela tiritando de fiebre, luchando contra el delirio, esperando hasta que la […]
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