Publicado en:
Blogotá
Decepción. Enamorarse conduce siempre al desencanto: es inevitable. Por eso amar un equipo de fútbol es un juego de despeñarse cada cierto tiempo. El problema es cuando los totazos no paran. Ahí si la relación se torna infernal, de pesadilla, patológica. Así estamos los...
Continuar leyendo