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Venga le cuento
Aquel día James metió el gol. Sus compañeros se le abalanzaron pero él les señaló que no, que lo siguieran más bien y en segundos todos entendieron, corrieron hacia donde estaba el profesor Pékerman y se unieron en uno solo, con él en el centro, con las lágrimas rodando las mejillas. ¡Qué hermoso abrazo! No […]
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