El reciente caso de un periodista acusado de engañar a niños de prestigiosos colegios de Bogotá a los que contactaba a través de Facebook para que les enviara videos sexuales, ha prendido, de nuevo, las alarmas del uso sin control de plataformas sociales y de la inexcusable ausencia de supervisión y orientación por parte de los padres de familia.

Desde este espacio se ha insistido en la urgente necesidad de que los padres de familia, los principales educadores de sus hijos, sean conscientes de los peligros que los niños corren en Internet, especialmente en las redes sociales, y de la necesidad de que tomen acciones para que ellos, los menores, hagan uso seguro, responsable y constructivo de las Tic.

Sin embargo nada pasa en casa, pero pasa de todo en las redes sociales. El más reciente caso es el de Alejandro Matamoros Vargas, un periodista que trabajó en medios de comunicación, que fue capturado hace unos días en su vivienda luego de una orden de detención por pornografía. Las investigaciones de la Fiscalía y la Policía han determinado que Matamoros engañaba a niños de prestigiosos colegios de Bogotá a los que contactaba a través de Facebook: usando perfiles falsos les pedía videos sexuales.

Y muchos cayeron y todos guardan silencio, no porque tengan miedo a denunciar, sino que en varios casos sus padres les han obligado a callarse “por el que dirán”, por no afectar el apellido y la reputación de la familia. Y los colegios envueltos en este caso hacen esfuerzos por formar, pero los padres no asisten a los talleres porque “no hay tiempo”, tienen reuniones, juntas, citas. Y sus hijos desnudos, prostituidos en Internet…

Padres de familia, van unos datos a ver si tomamos conciencia sobre esto: varios estudios, entre ellos “El uso de internet y el bienestar social en los adolescentes”, de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Sabana (Colombia), en donde se ahondó en los hábitos de consumo de Internet de los adolescentes colombianos, reflejó que:

El 68 por ciento de los niños y adolescentes accede a Internet diariamente, el 30 por ciento lo hace entre 3 y 6 días a la semana y el 2 por ciento restante entra una o dos veces.

El 70 por ciento no cree que esta herramienta tecnológica pueda contener peligros para ellos.

8 de cada 10 menores reportaron haber sido testigos virtuales de burlas, ofensas, acosos y aislamientos sociales hacia otras personas en las redes sociales.

Un 25 por ciento de estos adolescentes confesó, por ejemplo, haberse reunido con gente que conoció por Internet. Y sus padres jamás lo supieron.

Las plataformas sociales son de gran utilidad, pero estamos lejos de usarlas adecuadamente en muchos casos. Y la realidad es que los niños y adolescentes las usan con mayor regularidad de lo que creemos. Comencemos con Facebook, una de las más usadas en el planeta:

Facebook es una de las redes sociales más famosas del planeta más de 1.500 millones de seguidores en todo el mundo. Creada por Mark Zuckerberg mientras estudiaba en la Universidad de Harvard, su objetivo era diseñar un espacio en el que los alumnos de dicha universidad pudieran comunicarse y compartir contenido de forma sencilla a través de Internet. Fue tan innovador su proyecto que con el tiempo se extendió hasta estar disponible para cualquier usuario de la red.

Funciona como red para hacer amigos, re encontrarse con antiguos, publicar información personal, subir fotos, videos, chatear, ubicar, entre otras funciones. Es aquí donde reside el problema: muchos no saben o no han intentado utilizar los mecanismos de seguridad de la red social para mejorar su cuenta.

Veamos una serie de consejos para configurar una cuenta segura. Seguro serán de gran utilidad tanto para padres de familia como para los adolescentes. Aunque no se debe olvidar que la mejor herramienta es el diálogo (“¿Qué te gusta de las redes sociales?”, “¿Conoces los peligros?”, “Ante cualquier inquietud, no dudes en preguntarnos”), el acompañamiento y estableciendo normas de seguridad para ambientes virtuales tal y como se hace cuando van a la escuela, a un cine o al estadio.

Consejo 1: Restringir perfil y ser selectivos

La primera recomendación es ser muy selectivos en la información que se muestra en el perfil, incluyendo fotografías. Facebook cuenta con una serie de configuraciones que restringen la visibilidad de la información que usualmente es pública sin que el usuario lo sepa.

¿Cómo? En la barra azul del menú existe la opción “Actualizar información” en donde se ingresa y edita el nombre e información básica, como contacto, trabajo, formación e intereses. ¡Pilas! Hay que asegurarse que la privacidad está siempre configurada para “Amigos” y no para “Público”. Además en las publicaciones JAMÁS se debe colocar datos como correos, direcciones o número telefónicos.

 Consejo 2: Aprobación de Inicio de Sesión y Notificación de Inicio de Sesión

Facebook cuenta con una herramienta muy útil que se activa desde la función de Configuración de Seguridad. Cuando se activa “Notificaciones de inicio de sesión”, Facebook envía un mensaje advirtiendo el acceso a la cuenta desde una ubicación distinta a la habitual.

Por otro lado, la “Aprobación de inicio de sesión” obliga a introducir un código de inicio de sesión cada vez que acceda a la cuenta de Facebook desde un nuevo ordenador o teléfono móvil. Si es aprobada, existe la opción de poner un nombre al dispositivo y guardarlo en la cuenta, enviando confirmación de que se ha iniciado sesión desde un dispositivo no reconocido

Internet y las redes sociales ofrecen grandes cosas: comunicación, información, interacción, re encuentro, diálogo, entretenimiento, negocios, etc. Sin embargo, para que podamos utilizarlas adecuadamente debemos formarnos y, finalmente, aprender que así como en el mundo real, el mundo virtual presenta muchos peligros.

Consejo 3: Aprobación de etiquetas

Uno de los problemas más serios que se pueden presentar en Facebook es que algún amigo o algún amigo de un amigo nos etiquete en sus publicaciones generando que aparezcan también en nuestra página. Es decir, que lo que un tercero publica, con solo etiquetarnos (mencionarnos), sea publicado de facto en nuestro sitio.

Como es imposible controlar y prever lo que otros hacen y comparten, en muchas ocasiones resulta molesto e inoportuno este tipo de situaciones. Ante eso, en la opción de Configuración de privacidad simplemente se habilita la opción en donde se indica que las etiquetas que haga un tercero que nos involucre solamente serán visibles previa aprobación de nuestra parte.

De esta manera evitamos casos bochornosos y posibles perjuicios para nuestra imagen y buen nombre. A esta acción se le debe sumar que debemos ser claros con amigos y conocidos: prohibido etiquetarnos, prohibido etiquetar a nuestros hijos.

Existen muchas otras opciones para proteger nuestra seguridad, intimidad y privacidad en Facebook. Las iremos desarrollando progresivamente en otros escritos.

Además, como padres de familia debemos estar al tanto de las actividades de nuestros hijos. Eso no es violar su privacidad, es protegerlos, cuidarlos, desempeñar con responsabilidad el derecho-deber de velar por su bienestar.

Ahora que sabemos esto, formemos a nuestros hijos, acompañemos, orientemos. Y tengamos en cuenta la regla más efectiva, la infalible: Si es privado, ¡no lo publique!

 

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