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Suave y Profundo
Crecí jugando banquitas en la calle, bolitas de cristal, ponchados y soldados libertados. Como no existía el whastapp, aprendí a chiflar. Sin pena confieso que robé mucha uvas y ciruelas en Carulla y que me gozaba estrenar la ropa que dejaban mis hermanos. El típico...
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