Por: Sebastian Gallego Master of Public Administration (MPA) – The London School of Economics (LSE) El inicio de una presidencia de izquierda en Colombia y la coyuntura política y económica a nivel global han despertado un interés en los analistas de políticas públicas,...
El nombre que se coloque a los impuestos no cambia el efecto real sobre el contribuyente, ni sobre la economía, el nombre es lo de menos y no debe influir en la decisión para imponerlos o rechazarlos por ser más lesivos que el beneficio que pretende dar.
@wwaycorrigan [Listen to an audio version of this blog entry here.] Colombian tax reform. Many have tried it — or at least given helpful suggestions — but few have had much lasting success. The mere utterance of the phrase sends some folk into a paroxysm. In 2021, planned...
Los impuestos cada día afectan más la vida de los colombianos, un gobierno que se llama de la vida y de la paz total, debe ser consciente del efecto que cada nuevo impuesto tiene sobre la calidad de vida de cada colombiano e incluso de su capacidad de subsistir.
Cuando se habla de impuestos, se habla de la responsabilidad de cada colombiano de cumplir con su pago, muy pocas veces se trata la responsabilidad de quienes los imponen y de quienes lo administran, es bueno recordarla en momentos en que se habla del exceso de los mismos
El Costo de vida es tema obligado hoy en cualquier debate económico en el mundo. Colombia no es la excepción en especial cuando el nuevo gobierno está en mora de mostrar iniciativas para buscar disminuirlo y garantizar seguridad alimentaria a los más necesitados, su prioridad de campaña.
Un gobierno que tiene como su fin supremo volver a Colombia una Potencia Mundial de la Vida, no se puede dar el lujo de mantener o aumentar gravamenes y restricciones que incrementan el hambre y la sed, poniendo en riesgo la vida de cada vez más colombianos.
La devaluación actual que afecta a todos los colombianos no escapa de la polarización, dando diferentes interpretaciones por conveniencias personales o politicas, lo cual no deja que se encuentren y den soluciones, perjudicando a todos los colombianos.
El Dialogo Nacional un llamado esperanzador del presidente electo, ante el temor que se ha manejado durante tantos años, empieza a diluir las expectativas positivas ante la forma en que se está dando y las señales que están saliendo de sus resultados, y anuncios.
Terminadas las elecciones hay un lapso de tiempo para que haya un empalme entre la administración saliente y la electa. La responsabilidad de la saliente es hasta el día de la entrega y recepción de la banda presidencial y el juramento del presidente entrante