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¡Cómo duele crecer!
Un día decidí dejar el nido, renunciar a los fríjoles domingueros de mi mamá, a la ropa lavada y planchada y a la cama tendida. Decidí que era momento de encontrarme conmigo misma, de palpar la realidad de cerca, de enfrentarme a mis peores miedos. Me fui a vivir sola y...
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