Crecí pensando que el ideal de la mujer era estar casada y tener hijos. No me imaginaba la vida de otra manera. El centro de todo era el matrimonio y la consecuencia natural los hijos. Pensé que una vez alcanzada esa meta todo sería felicidad. Pues no. El matrimonio no...
La burbuja explotó. Las redes sociales crearon un estado ideal de masificación, popularidad y ventas casi como evangelio, perdiendo su conexión con la realidad. Desde mi punto de vista, muchas de las frustraciones de este año (como el plebiscito) partieron de una megalomanía suscitada por el afán de pontificar sobre cualquier tema tirando a matar […]