Hablo por mí, no por lo que dicen los demás, escribo por mis vivencias con él, no por cuentos de pasillo o rumores de café. Lo conocí cuando yo era editor de Televideo y la programadora Promec Televisión lo puso en su nómina. Desde el comienzo nos dimos cuenta en el medio...
Su vozarrón se escuchaba desde antes de que llegara a su oficina. Tendría unos 25 años y vivía cada segundo con pasión. A su paso iba saludando en voz alta a quien se encontrara, llamando a unos por su nombre y a otros por el sobrenombre que él mismo le había...