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Desvariando para variar
El domingo veinticinco de enero logré desesperar a mi familia con mi cantaleta: «¡Rápido! Que tengo que llegar a ver el reinado». Hace muchos años no me emocionaba por un asunto tan intrascendente, y eso que yo me emociono por tantas bobadas. Cuando las tres virreinas se...
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