Recientemente recibí en mi correo el relato de un sueño muy breve: “soñé que Dios, llorando, me decía que él tenía la culpa”. El remitente era un hombre. La imagen del Ser Supremo llorando y confesando ser culpable de algo es difícil de comprender porque ninguna(...)
![Profile image](http://blogs.eltiempo.com/wp-content/uploads/sites/349/2013/05/avatar-600149-200x200-100x100.png)