¿Qué duda cabe que una gran parte de los colombianos adoran a Uribe? Lo siguen, lo exaltan, lo celebran, lo veneran, lo reverencian, lo acatan y muchos lo obedecen. ¿Y qué duda cabe que otro gran número lo odia? Lo maldicen, lo critican, lo aborrecen y lo abominan.(...)
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